La pérdida auditiva relacionada con la edad, conocida como presbiacusia, afecta a millones de personas mayores en todo el mundo. Aunque los audífonos pueden transformar la calidad de vida de quienes los necesitan, persisten muchos mitos que desinforman, generan temor o retrasan su uso. Aclarar estas ideas erróneas es fundamental para promover la salud auditiva en la tercera edad.
Mitos comunes sobre el uso de audífonos en adultos mayores
1. “Si empiezo a usar audífonos, me volveré dependiente.”
Realidad: Los audífonos no generan dependencia, sino adaptación saludable. El oído no se “acostumbra mal”; más bien, el cerebro recupera estímulos auditivos perdidos, mejorando la comprensión, el equilibrio y el vínculo con el entorno.
2. “Son para personas totalmente sordas.”
Realidad: La mayoría de los adultos mayores no tienen sordera total, sino pérdidas parciales o moderadas. Los audífonos se pueden ajustar a diversos grados de pérdida y son más efectivos cuanto antes se usen.
3. “Me van a hacer ver viejo o enfermo.”
Realidad: Este estigma está desactualizado. Los modelos actuales son discretos, elegantes y tecnológicamente avanzados, algunos incluso invisibles. No usarlos puede tener un mayor impacto en la imagen, al generar respuestas inadecuadas en la conversación o aislamiento social.
4. “No sirven para nada, no entiendo mejor.”
Realidad: Muchas veces, esta percepción proviene de una mala adaptación, calibración deficiente o falta de rehabilitación auditiva. Un buen acompañamiento audiológico garantiza resultados positivos.
5. “Son muy caros, no valen la pena.”
Realidad: Existen opciones de diferentes gamas. Además, el valor que aportan va más allá de lo económico: mejoran la comunicación, reducen el aislamiento y previenen el deterioro cognitivo.
Realidades comprobadas
🔹 Mejoran la calidad de vida
Los audífonos restablecen la conexión con el entorno, mejoran el ánimo y fomentan la participación social, familiar y comunitaria.
🔹 Ayudan a prevenir el deterioro cognitivo
Estudios científicos han encontrado que el uso de audífonos en personas con pérdida auditiva puede ralentizar el avance de la demencia o el deterioro cognitivo leve.
🔹 Reducen el riesgo de caídas
La audición también tiene un rol en el equilibrio y la orientación espacial. Mejorar la audición puede reducir el riesgo de accidentes domésticos en la tercera edad.
🔹 Favorecen la autonomía
Con una mejor audición, las personas mayores recuperan su independencia: pueden hacer mandados, participar en conversaciones telefónicas, asistir a reuniones y evitar el aislamiento.
Rol del audiólogo y la familia
- El acompañamiento profesional es clave para evaluar correctamente el tipo de pérdida, elegir el audífono adecuado y brindar una buena rehabilitación auditiva.
- La familia también juega un papel importante al brindar apoyo emocional y al fomentar el uso regular del audífono.
Visitar al audiólogo permite transformar la duda en confianza, el prejuicio en claridad, y el miedo en mejor calidad de vida.
No se trata solo de “poner un aparato”, sino de recuperar la conexión con el mundo y con las personas que amamos.