Relación entre pérdida auditiva y deterioro cognitivo

Deterioro cognitivo y pérdida auditiva

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1. ¿Qué es el deterioro cognitivo?

El deterioro cognitivo se refiere a una disminución en las funciones mentales como la memoria, la atención, la capacidad de razonar y el lenguaje. Este deterioro puede ir desde formas leves hasta enfermedades más graves como la demencia o el Alzheimer.

2. ¿Qué es la pérdida auditiva?

La pérdida auditiva, especialmente la relacionada con la edad (presbiacusia), es una disminución progresiva en la capacidad para oír sonidos. Puede ser leve, moderada o severa, y muchas veces pasa desapercibida o no se trata adecuadamente.

3. ¿Cómo se relacionan?

a) Reducción del estímulo auditivo al cerebro

Cuando una persona no escucha bien, el cerebro recibe menos estímulos sonoros, lo que puede afectar áreas relacionadas con la memoria, el lenguaje y la comprensión. Esta reducción en la estimulación puede acelerar la degeneración de ciertas áreas del cerebro.

Estudios muestran que las personas con pérdida auditiva no tratada tienen hasta cinco veces más riesgo de desarrollar demencia que quienes oyen bien.

b) Mayor carga cognitiva

Al no escuchar claramente, el cerebro debe esforzarse más para entender lo que se dice. Este esfuerzo constante resta recursos mentales a otras funciones cognitivas, como recordar o resolver problemas.

c) Aislamiento social y depresión

La pérdida auditiva lleva muchas veces a evitar conversaciones, reuniones y eventos, lo que puede causar aislamiento social y depresión. Ambas condiciones se han asociado fuertemente con un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

4. ¿Qué dicen las investigaciones?

Estudios como los del National Institute on Aging (EE. UU.) y la Lancet Commission on Dementia Prevention (2020) identifican la pérdida auditiva como uno de los factores de riesgo modificables más importantes para prevenir la demencia.

Es decir: si tratamos la pérdida auditiva a tiempo, podemos reducir el riesgo de deterioro cognitivo en la vejez.

5. ¿Qué se puede hacer?

  • Realizar pruebas auditivas periódicas, especialmente a partir de los 50 años.
  • Usar audífonos o implantes si hay pérdida auditiva diagnosticada.
  • Participar en actividades sociales, leer, conversar y mantener el cerebro activo.
  • Estimular el lenguaje y la comprensión con ejercicios auditivos.

Visitar al audiólogo es fundamental para prevenir tanto la pérdida auditiva como el deterioro cognitivo, por las siguientes razones:

1. Detección temprana de la pérdida auditiva

Muchas personas no notan los primeros signos de pérdida auditiva. Un audiólogo puede identificar cambios leves antes de que afecten significativamente la comunicación o calidad de vida.

2. Prevención del deterioro cognitivo

Estudios han demostrado que la pérdida auditiva no tratada está asociada a un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Al no oír bien, el cerebro recibe menos estímulos auditivos, lo que puede acelerar su envejecimiento funcional.

3. Mejora en la comunicación y las relaciones

La pérdida auditiva no tratada puede generar aislamiento social, frustración y malentendidos. Prevenir o tratarla a tiempo mejora las relaciones personales y profesionales.

4. Educación sobre hábitos auditivos saludables

El audiólogo orienta sobre el uso adecuado de auriculares, protección ante ruidos fuertes, higiene auditiva y más. Estas medidas son clave para evitar daños a largo plazo.

5. Evaluación y seguimiento personalizado

Un audiólogo no solo hace pruebas, sino que realiza un seguimiento continuo para adaptar soluciones como audífonos o estrategias de comunicación según el avance de cada paciente.