La pérdida de la audición ocurre cuando hay un problema con una o más partes del oído, ya sea con los nervios que salen de los oídos o la parte del cerebro encargada de la audición.
Una persona con una pérdida de la audición tal vez escuche algunos sonidos o no escuche nada. Algunos niños nacen con pérdida de la audición.
La pérdida de audición genera problemas adicionales más allá de las propias dificultades para poder oír con normalidad. Dentro de los peligros existentes para la salud auditiva podemos encontrar la utilización de auriculares a alto volumen para escuchar música, acudir a conciertos en donde existe nos exponemos a un alto nivel de decibelios durante un período prolongado, no prestar atención a enfermedades del oído o a la propia contaminación acústica de las grandes ciudades.
Se considera que una persona sufre pérdida de la audición cuando es incapaz de oír como una persona cuyo sentido del oído es normal.
La pérdida de audición se clasifica en leve, moderada, grave y profunda, pudiendo afectar a uno o ambos oídos e implicando que existe una clara dificultad para seguir una conversación u oír sonidos fuertes.
Las personas cuya pérdida de audición está clasificada entre leve y grave, por lo general, suelen comunicarse a través de la palabra y suelen servirse de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos para mejorar esta comunicación.
Las personas ‘sordas’ suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante el lenguaje de signos.
La hipoacusia, sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos, y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. Puede presentarse en forma unilateral, cuando afecta a un solo oído, o ser bilateral cuando ambos oídos están afectados.
Consecuencias funcionales de la pérdida de audición
Una de las principales consecuencias, de la pérdida de audición es la incapacidad de una persona para poder comunicarse con los demás. Además, en los niños que sufren una pérdida auditiva no detectada precozmente suele originarse un problema añadido que es el retraso en el desarrollo del habla.
Las enfermedades del oído desatendidas suelen también tener efectos negativos en el rendimiento escolar de los niños.
Consecuencias sociales y emocionales
Las personas con problemas para poder comunicarse pueden verse afectados en su carácter y su personalidad en su vida cotidiana, llegando a padecer sentimientos negativos tales como la sensación de soledad, el aislamiento y frustración. Estos rasgos son especialmente importantes en las personas mayores, ya que pueden llegar a aislarse
Consecuencias económicas
Un dato a destacar importante es que los adultos con pérdida de audición representan una tasa de desempleo mucho mayor que la media, y de entre los que trabajan éstos desempeñan puestos de trabajo de categoría inferior en relación con la fuerza de trabajo en general.