La pérdida auditiva es un mal que suele aglutinar consecuencias adversas de carácter social, psicológico y físico.
En lo psicológico, los inconvenientes varían desde la pérdida de concentración hasta la depresión y la baja autoestima y, en lo físico, los síntomas suelen variar desde dolores de cabeza y tensión muscular hasta estrés y aumento de la presión arterial.
Como consecuencia de uno o varios de los síntomas anteriores, la persona suele aislarse, al punto de que puede abandonar su empleo y sus actividades sociales.
Efectos de la sordera no tratada:
Psicológicos | Sentimientos de pena, culpa e ira. Dificultades para la concentración Preocupación y frustración Inseguridad, desconfianza y ansiedad |
Físicos | Cansancio y tensión muscular Cefalea Vértigo Insomnio Mala digestión y problemas para la alimentación. Aumento de la presión sanguínea |
Sociales | Pérdida de atención y concentración Aislamiento Inconvenientes para participar en actividades sociales y laborales. Deficiencia en la comunicación con los miembros de la familia. |
La sordera no se puede curar, pero existen diversos tratamientos para mejorar la salud auditiva de un paciente. Es posible que la persona recupere la audición, al menos en un alto porcentaje, a través de audífonos.
El tratamiento depende del origen, las causas y las características de la lesión que causa la pérdida de audición, pero es importante tomar en cuenta que una pérdida auditiva súbita demanda atención médica de urgencia.