La audición no solo nos conecta con el mundo exterior, también impacta nuestra comunicación, aprendizaje, relaciones sociales y seguridad. Prevenir la pérdida auditiva es más fácil que tratarla. A continuación se detallan aspectos para el cuidado básico de la audición:
1. Control del volumen al usar audífonos o dispositivos electrónicos
El uso frecuente de auriculares, especialmente en adolescentes y jóvenes, es una de las principales causas de pérdida auditiva inducida por ruido.
- Usá la regla del 60/60: no superar el 60% del volumen máximo, y limitar el uso a 60 minutos seguidos.
- Preferir auriculares con cancelación de ruido, ya que permiten escuchar mejor sin subir el volumen.
- Si alguien más puede oír la música que uno está escuchando, ¡está demasiado alta!
2. Protección en entornos ruidosos
La exposición prolongada a ruidos mayores a 85 decibeles puede dañar las células del oído interno de forma irreversible.
- Utilizar tapones auditivos o protectores auriculares en lugares como:
- Conciertos y festivales
- Fábricas, construcciones, aeropuertos
- Uso de maquinaria pesada o herramientas eléctricas
- Incluso actividades recreativas como la cacería, los fuegos artificiales o andar en moto ameritan protección auditiva.
3. Evitar introducir objetos en el canal auditivo
Muchas personas cometen el error de usar cotonetes, hisopos, horquillas o incluso llaves para «limpiar» sus oídos.
- El oído tiene un mecanismo natural de autolimpieza: la cera (cerumen) protege y expulsa partículas dañinas.
- Introducir objetos puede empujar la cera hacia dentro, causar lesiones, infecciones o incluso perforación del tímpano.
4. Revisiones auditivas regulares
La pérdida auditiva suele ser progresiva y silenciosa. Cuanto antes se detecta, mejor se puede manejar.
- Realizarse un chequeo auditivo al menos una vez al año si:
- La persona tiene más de 50 años
- Ha estado expuesto a ruidos fuertes
- Existen enfermedades crónicas (como diabetes o hipertensión)
- Se experimentan zumbidos, dificultad para entender conversaciones o sensación de oído tapado.
5. Cuidado frente al agua y las infecciones
Las infecciones del oído son causa frecuente de pérdida auditiva temporal o permanente.
- Hay que secarse los oídos después de bañarse o nadar.
- Evitar el uso prolongado de audífonos con los oídos húmedos.
- No ignorar síntomas como picazón, secreción, mal olor o dolor: pueden ser señales de infección.
6. Evitar la automedicación y el uso excesivo de medicamentos ototóxicos
Algunos antibióticos, diuréticos, quimioterápicos y analgésicos pueden dañar el oído interno.
- Siempre seguir indicaciones médicas.
- Informar al médico si existen antecedentes auditivos antes de iniciar un nuevo tratamiento.
- Si durante el uso de un medicamento la persona experimenta zumbidos (acúfenos) o pérdida auditiva, se debe consultar de inmediato.
7. Cuidar la salud general
La audición se relaciona también con el estado general del cuerpo.
- Mantener bajo control enfermedades como:
- Diabetes
- Hipertensión
- Trastornos vasculares
- Estas afecciones pueden afectar el riego sanguíneo del oído interno y acelerar la pérdida auditiva.
Visitar a un audiólogo es fundamental para adquirir conocimientos precisos sobre los cuidados básicos que protegen la audición. Este profesional de la salud está especializado en la prevención, diagnóstico y tratamiento de trastornos auditivos, y desempeña un papel clave en la educación sobre prácticas seguras para mantener la salud auditiva. A continuación, se detallan las razones por las cuales es importante consultar a un audiólogo:
1. Evaluación personalizada del riesgo auditivo
El audiólogo puede realizar evaluaciones auditivas detalladas, como audiometrías, para determinar la sensibilidad del oído a diferentes frecuencias y niveles de sonido. Esto permite identificar posibles riesgos y establecer medidas preventivas adaptadas a las necesidades individuales.
2. Asesoramiento sobre protección auditiva
En entornos ruidosos o durante actividades recreativas con altos niveles de sonido, el audiólogo puede recomendar el uso de protectores auditivos adecuados, como tapones o auriculares con cancelación de ruido, y enseñar su correcta utilización para prevenir daños auditivos.
3. Educación sobre prácticas seguras de escucha
El audiólogo proporciona información sobre hábitos saludables, como mantener el volumen de dispositivos personales a niveles seguros, limitar la exposición a ruidos fuertes y tomar descansos auditivos, contribuyendo así a la prevención de la pérdida auditiva inducida por el ruido.
4. Detección temprana de problemas auditivos
Mediante revisiones periódicas, el audiólogo puede identificar signos tempranos de pérdida auditiva o trastornos relacionados, lo que permite intervenir oportunamente y evitar complicaciones mayores.
5. Manejo de condiciones auditivas específicas
En casos de tinnitus, hiperacusia u otros trastornos del procesamiento auditivo, el audiólogo puede ofrecer estrategias de manejo y tratamientos personalizados para mejorar la calidad de vida del paciente.