Hipoacusia en el Recién Nacido

Hipoacusia en el recién nacido

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La hipoacusia es una enfermedad con numerosas implicaciones médicas, sociales y culturales.

La pérdida de audición no sólo puede tener efectos permanentes en el desarrollo del lenguaje oral, sino que puede alterar el desarrollo intelectual, emocional y social del niño. También está comúnmente aceptado que el desarrollo motor es más lento, en términos de coordinación y velocidad de movimiento, con un retraso en el desarrollo de las secuencias motoras complejas y del equilibrio.

La audición empieza antes del nacimiento. La percepción sensorial es determinante para el desarrollo neurológico.

Existe un período de tiempo «crítico», que va desde el nacimiento hasta el cuarto año de vida, en el cual el proceso se produce la adquisición del lenguaje. La información auditiva en este período crítico es esencial para establecer las características morfológicas y funcionales definitivas de las áreas corticales del lenguaje y audición. Éstas no madurarán de forma adecuada si se mantiene la deprivación sensorial.

En los primeros meses de la vida la hipoacusia no se manifiesta de forma evidente y no se detecta en las exploraciones habituales del recién nacido y del lactante pequeño. En la actualidad, cuando se realiza el cribado auditivo universal en el recién nacido, la edad media al diagnóstico se sitúa en los 2 meses de vida.

Cuando el déficit auditivo aparece antes de la adquisición del lenguaje (0-2 años), en el 50 % la etiología es genética.

Durante estas últimas tres décadas la incidencia de sordera neurosensorial adquirida ha ido disminuyendo debido a la mejora de los cuidados obstétricos/neonatales y a los programas de vacunación. Este descenso se acompaña de un aumento relativo de las formas genéticas.

Hoy en día está ampliamente aceptado que la detección precoz de la hipoacusia infantil dentro del primer mes de vida junto con su diagnóstico en los primeros 3 meses e inicio del tratamiento en los primeros 6 meses de vida son básicos para evitar o minimizar importantes alteraciones, no sólo del lenguaje, sino también del desarrollo neuropsicológico global del niño.

Actualmente niños con hipoacusias graves con implantes cocleares realizados antes de los 6 años tienen unos logros logoaudiométricos próximos a niños normooyentes, circunstancias que les permiten integrarse en un entorno oral.