Lesiones del Tímpano

Lesiones del tímpano

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El tímpano es una membrana delgada y flexible que separa el oído externo del oído medio. Su función principal es la de transmitir las vibraciones sonoras del aire hacia los huesecillos del oído medio. Estas vibraciones luego se convierten en señales nerviosas que el cerebro interpreta como sonido.

Las funciones del tímpano incluyen:

  • Transmisión de sonido: Convierte las ondas sonoras en vibraciones mecánicas.
  • Protección: Actúa como una barrera que impide la entrada de objetos extraños y microorganismos al oído medio.

Es fundamental para el proceso de audición y cualquier daño o perforación en el tímpano puede afectar significativamente la capacidad auditiva.

La perforación del tímpano es un desgarro o un orificio en la membrana timpánica.

El tímpano perforado puede causar dolor, pero suele curarse en unos pocos días o semanas. En algunos casos, si no se cura, los médicos recurren a una cirugía para cerrar el orificio.

Si el tímpano está perforado, no puede vibrar correctamente. Esto puede provocar un problema auditivo, que suele ser temporal.

Son muchas las cosas que pueden perforar el tímpano, como las siguientes:

  • El uso de hisopos de algodón. Los hisopos son muy útiles para la higiene, pero no se deben usar para limpiar los oídos.
  • Cambios repentinos de presión (barotraumas). La mayor parte del tiempo, la presión de aire en el oído medio y la presión ambiental están en equilibrio. Pero algunas situaciones, como volar en avión, conducir en un camino de montaña o practicar buceo, pueden provocar cambios repentinos en la presión y perforar el tímpano.
  • Ruidos muy fuertes (trauma acústico). Los sonidos muy fuertes, como una explosión, pueden generar ondas de sonido lo suficientemente fuertes como para dañar el tímpano. Los sonidos fuertes también pueden provocar daños temporales o permanentes en la cóclea.
  • Traumatismos en la cabeza. Un golpe directo sobre el oído o una lesión grave en la cabeza, pueden romper el cráneo y perforar el tímpano.
  • Traumatismos directos en el pabellón auricular y el canal auditivo externo. Una bofetada en el oído o cualquier otra cosa que coloque presión en el oído puede perforar el tímpano.
  • Infecciones en los oídos. Una infección del oído medio o del oído interno puede generar una acumulación de pus o líquido detrás del tímpano.
  • El primer signo más frecuente de una perforación del tímpano es el dolor. Sumado a esto podemos encontrar lo siguiente:
  • Supuración del oído, que puede ser transparente, con pus o con sangre
  • Pérdida de la audición
  • Zumbido en el oído
  • Mareos o vértigo

Para comprobar si el tímpano está perforado, los expertos revisan el canal auditivo con un otoscopio.

El audiólogo desempeña un papel crucial en el manejo de una perforación del tímpano. Sus responsabilidades y acciones pueden incluir:

Evaluación y Diagnóstico:

    • Historial Clínico: Recopilar información sobre los síntomas del paciente, la duración y las posibles causas de la perforación.
    • Examen Audiológico: Realizar pruebas de audición, como la audiometría, para evaluar el grado de pérdida auditiva.
    • Timpanometría: Medir la movilidad del tímpano y la presión en el oído medio para confirmar la presencia de una perforación.

    Educación y Asesoramiento:

    • Información: Explicar al paciente y a sus familiares la naturaleza de la perforación del tímpano, sus causas y posibles consecuencias.
    • Consejos de Cuidado: Orientar sobre cómo evitar infecciones (por ejemplo, mantener el oído seco) y otras complicaciones.

    Manejo y Tratamiento:

    • Referencias: Derivar al paciente a un otorrinolaringólogo (especialista en oído, nariz y garganta) si es necesario, especialmente si la perforación es grande o no se cura por sí sola.
    • Rehabilitación Auditiva: Si la perforación ha causado una pérdida auditiva significativa, el audiólogo puede recomendar el uso de audífonos u otras ayudas auditivas temporales.
    • Seguimiento: Monitorear la evolución de la perforación y la recuperación auditiva del paciente a través de visitas periódicas.

    Intervenciones Preventivas:

    Educación Preventiva: Enseñar a los pacientes sobre la prevención de futuras perforaciones, como evitar la exposición a ruidos fuertes y no insertar objetos en el oído.

    El objetivo del audiólogo es asegurar que el paciente reciba un diagnóstico preciso, un tratamiento adecuado y el apoyo necesario para mantener y mejorar su salud auditiva.
    El especialista en oído, nariz y garganta podría enviar una muestra del líquido que sale del oído a un laboratorio para que lo analicen y determinen si hay alguna infección

    La mayoría de los tímpanos perforados se curan por sí solos en unas pocas semanas, sin necesidad de tratamiento. Los analgésicos ayudan a aliviar el dolor.
    Si el tímpano no se cura por sí solo después de algunas semanas, es posible que un especialista en oído, nariz y garganta recomiende la colocación de un parche en el tímpano. Tal vez, el médico deba hacer esto unas pocas veces hasta que el tímpano se cure por completo.

    Si estos tratamientos no resuelven el problema, el especialista puede considerar la realización de una Timpanoplastía. Durante esta cirugía, el cirujano coloca un pequeño parche del tejido propio del paciente o de un material artificial para cerrar la perforación.

    Mientras la persona se está recuperando de una perforación en el tímpano, hay que seguir las siguientes recomendaciones:

    1. No usar gotas de venta sin receta para los oídos, a menos que el médico lo recomiende. Cuando hay una perforación en el tímpano, algunos tipos de gotas para los oídos pueden llegar al oído medio o la cóclea y causar problemas.
    2. Intentar mantener seco el canal auditivo. Es posible que el médico recomiende mantener el oído seco para prevenir las infecciones. Se deberá colocar con cuidado un tapón impermeable o una bola de algodón cubierta con vaselina en el oído cuando se tome una ducha.
    3. Tener cuidado al sonarse la nariz. Si esto se realiza con mucha fuerza, se puede dañar aún más el tímpano.

    No es posible prevenir todas las perforaciones del tímpano; por ejemplo, las que se deben a infecciones.

    Pero algunas sí se pueden prevenir. Para ayudar a prevenir una perforación, se deberán seguir las siguientes recomendaciones:

    • Nunca colocar nada en los oídos (ni siquiera para limpiarlos). Si algo queda atorado en el oído, se deberá buscar a un profesional del cuidado de la salud para que lo quite.
    • Se deberá evitar los vuelos en avión si se está padeciendo de algún resfriado o una infección de los senos paranasales. Si se debe volar, se deberá utilizar goma de mascar durante el despegue y el aterrizaje. También se puede intentar igualar la presión dentro de los oídos bostezando o tragando. A los bebés se les debe amamantar o darles un biberón o un vaso con pico para que beban durante el despegue y el aterrizaje.
    • Hay que tomar lecciones antes de bucear. Durante las lecciones, las personas aprenderán a igualar la presión en los oídos. No se debe bucear si existe una infección en los oídos, una infección de los senos paranasales o un resfriado.