Pérdida de la Audición en Jóvenes

Pérdida de la Audición en Jóvenes

Compartir Blog:

Tradicionalmente asociada con la edad avanzada, la pérdida de audición es hoy una condición que afecta cada vez más a personas jóvenes. Factores como la exposición prolongada a ruidos intensos, el uso excesivo de audífonos a alto volumen y ciertas infecciones o medicamentos han incrementado el riesgo auditivo en adolescentes y adultos jóvenes. Esta realidad no solo compromete la capacidad de comunicación, sino que también impacta el rendimiento académico, la salud emocional y la calidad de vida. Comprender sus causas, consecuencias y formas de prevención es clave para proteger la salud auditiva desde edades tempranas.

1. Exposición a ruidos fuertes (pérdida auditiva inducida por ruido)

Muchos jóvenes pasan horas con audífonos, a menudo a volúmenes por encima de los 85 decibeles, lo cual daña las células ciliadas del oído interno.

Ejemplos comunes:

  • Música alta con audífonos o cascos.
  • Conciertos, discotecas, festivales sin protección auditiva.
  • Uso de motos, herramientas eléctricas, armas de fuego sin protección.

Consecuencia:
Este tipo de daño es irreversible, acumulativo y muchas veces pasa desapercibido al inicio.


2. Infecciones mal tratadas

Las infecciones del oído, garganta o vías respiratorias pueden propagarse y afectar estructuras del oído medio o interno.

Infecciones frecuentes:

  • Otitis media (acumulación de líquido e inflamación en el oído medio).
  • Meningitis (puede dañar el nervio auditivo).
  • Paperas y sarampión (pueden dañar la cóclea).

Consecuencia:
Si no se tratan a tiempo, pueden producir pérdida auditiva temporal o permanente.


3. Causas genéticas o congénitas

Algunos jóvenes nacen con pérdida auditiva o la desarrollan en la adolescencia por condiciones genéticas, incluso sin antecedentes familiares.

Ejemplos:

  • Síndrome de Usher.
  • Síndrome de Alport.
  • Mutaciones genéticas (como la del gen GJB2).

Consecuencia:
Puede afectar el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje si no se detecta y trata tempranamente.


4. Uso de medicamentos ototóxicos

Algunos medicamentos pueden ser tóxicos para el oído interno.

Medicamentos ototóxicos comunes:

  • Antibióticos aminoglucósidos (gentamicina, estreptomicina).
  • Quimioterapias (cisplatino).
  • Diuréticos en altas dosis.
  • Altas dosis de aspirina o AINES.

Consecuencia:
Dañan las células sensoriales del oído interno y pueden causar pérdida auditiva, zumbidos (tinnitus) o vértigo.


5. Traumatismos craneales o auditivos

Los accidentes o caídas pueden causar fracturas del hueso temporal o daño en el tímpano y estructuras del oído.

Ejemplos:

  • Golpes fuertes en deportes de contacto.
  • Explosiones cercanas.
  • Lesiones con objetos en el oído.

Consecuencia:
Pueden causar pérdida auditiva conductiva o neurosensorial, dependiendo del daño.


6. Enfermedades neurológicas o autoinmunes

Algunas enfermedades del sistema nervioso o del sistema inmune afectan la audición.

Ejemplos:

  • Esclerosis múltiple.
  • Lupus eritematoso sistémico.
  • Síndrome de Cogan.

Consecuencia:
El daño puede ser súbito, progresivo o fluctuante, y requiere atención médica especializada.


Conclusión general:

Aunque se asocia la pérdida auditiva con la vejez, los jóvenes también están en riesgo, sobre todo por prácticas cotidianas como el uso excesivo de audífonos. La prevención, la educación y las revisiones audiológicas regulares son claves.

La visita al audiólogo es fundamental para los jóvenes, aunque no presenten síntomas evidentes, por las siguientes razones:


1. Detección temprana de problemas auditivos

Muchos jóvenes tienen pérdida auditiva leve sin saberlo. Identificarla a tiempo permite actuar antes de que afecte su rendimiento escolar, social o emocional.


2. Prevención de daños mayores

El audiólogo puede detectar signos de daño por exposición a ruidos fuertes (como el uso excesivo de audífonos) antes de que sea irreversible. También brinda orientación sobre el uso seguro del volumen.


3. Mejor desarrollo académico y social

Una buena audición es clave para aprender, comunicarse y relacionarse. Si un joven no escucha bien, puede presentar dificultades en la escuela, retraimiento o problemas de autoestima.


4. Monitoreo en jóvenes con factores de riesgo

Los jóvenes con antecedentes de infecciones frecuentes, traumatismos, enfermedades hereditarias o uso de medicamentos ototóxicos deben ser evaluados con regularidad.


5. Asesoramiento personalizado

El audiólogo no solo detecta problemas, también educa. Enseña cómo cuidar la audición, elegir audífonos si son necesarios, o referir al especialista adecuado si se detecta otra condición.